laurel (Laurus nobilis)
las hojas de laurel so de uso común en la cocina y los tratamientos a base de hierbas, provienen del árbol de laurel (Laurus nobilis), que crece de forma natural en el Mediterráneo
El laurel es originario de las costas orientales del Mediterráneo, la planta se puede cultivar prácticamente en cualquier lugar, incluso está bien adaptado para la vida como planta de interior. Es un árbol de hoja perenne que puede llegar a medir 15 m de altura aunque lo normal es que no pase de 4
El laurel es un arbusto de hoja perenne muy popular adecuado para el cultivo en el jardín o en contenedores. Podado con maestría el follaje verde oscuro puede crear formas impresionantes que realzarán el aspecto de cualquier jardín. Las hojas de laurel se pueden utilizar frescas o secas y se utilizan en la cocina para dar un sabor fragante a las sopas, guisos y otros platos.
Las plantas de laurel se pueden cultivar de distintas maneras, prospera en contenedores, especialmente si se riegan con regularidad y se sitúan en un lugar protegido, en el jardín, las plantas de laurel crecer como un arbusto grande o pequeño árbol espeso alcanzando una altura de 7,5 m o más.
El intento de cultivar árboles de laurel a partir de semillas a veces puede ser frustrante ya que las semillas tienen un tiempo de germinación largo y puede comenzar la descomposición antes de que comience la germinación.
Es posible hacer germinar semillas de laurel, aunque se recomienda que se intenten hacer germinar varias semillas para asegurarnos el éxito aunque algunas se malogren.
1 Remojar las semillas de laurel en agua tibia durante 24 horas.
2 Preparar un semillero con un buen sustrato. El suelo debe estar húmedo pero no saturado y no debe haber agua estancada en la bandeja.
3 Esparcir las semillas a lo largo de la bandeja, presionando ligeramente en el suelo humedecido. Las semillas deben de separarse aproximadamente 5 cm entre sí para permitirles espacio para moverse una vez que comienzan el desarrollo de raíces y brotes.
4 Cubra las semillas con una fina capa de estiércol o mantillo. Pulverizar el contenido del semillero ligeramente con agua caliente para humedecer el recubrimiento de las semillas. Al igual que con la humectación inicial del suelo, solo hay que humedecer, nunca saturar de agua.
5 Coloque la bandeja de semillas en una zona en la que pueda recibir hasta ocho horas de luz solar al día y mantener una temperatura de unos 21ºC.
6 Humedecer el semillero según sea necesario siempre teniendo en cuenta que es mejor que las semillas germinen en un entorno sólo ligeramente húmedo que uno que esté saturado ya que esta última condición fomenta la descomposición.
7 Comprobar el progreso de las semillas, el germinado puede tardar tan sólo 10 días o hasta seis meses, si observa que alguna semilla ha comenzado a pudrirse, eliminarla de la bandeja.
8 Trasplante las semillas germinadas a macetas o en el lugar preparado al aire libre una vez que las plantas comienzan a aparecer.